Dentro de la Unión Europea, España y Rumanía son dos de los estados con
mayor porcentaje de cultivos transgénicos, y eso tiene bastante relación con la
amplia presencia en los curriculum vitae de algunos de sus ministros de
colaboraciones con empresas como Monsanto.
Así lo ha denunciado la Coalición por el Medio Ambiente de Rumania, que
ha señalado que el nuevo ministro de agricultura, Stelian Fuia, ha trabajado
bastantes años para el mayor productor de organismos modificados genéticamente
a nivel mundial, la norteamericana Monsanto.
El Ministerio de Agricultura de Rumania tiene una larga historia de
relaciones con las empresas multinacionales relacionadas con los transgénicos.
Al frente de esta institución se encontraba, hasta ahora, Valeriu Tabara
(ministro en los periodos 1994-1996 y 2010-2012), y también conocido por los
conflictos de intereses en este tema.
Stelian Fuia ya se ha pronunciado abiertamente hacia esta tecnología de modificación genética, en relación con la agricultura, mostrando todo su apoyo para esta biotecnología.
También en España han sido bien conocidas las relaciones entre algunos responsables del gobierno de la agricultura con empresas interesadas en el desarrollo de la agricultura transgénica, como Elena Salgado o Cristina Garmendia, entre otras, situación que provocó que España volviera a ser en 2011 el líder europeo en cultivos de semillas genéticamente modificadas.
Stelian Fuia ya se ha pronunciado abiertamente hacia esta tecnología de modificación genética, en relación con la agricultura, mostrando todo su apoyo para esta biotecnología.
También en España han sido bien conocidas las relaciones entre algunos responsables del gobierno de la agricultura con empresas interesadas en el desarrollo de la agricultura transgénica, como Elena Salgado o Cristina Garmendia, entre otras, situación que provocó que España volviera a ser en 2011 el líder europeo en cultivos de semillas genéticamente modificadas.
Según el “Informe Anual sobre la situación mundial de la comercialización
de cultivos modificados genéticamente en 2011” publicado por el International Service for the Acquisition of
Agri-Biotech (ISAAA), la Unión Europea alcanzó en 2011 un récord histórico
en el cultivo de semillas modificadas genéticamente con 114.624 hectáreas
sembradas, lo que supone un incremento del 26 % respecto a 2010 con 23.186
hectáreas más.
Un total de ocho
países europeos sembraron semillas modificadas genéticamente. España, República
Checa, Portugal, Eslovaquia, Rumanía y Polonia volvieron a apostar por el maíz Bt sembrando 114.607 hectáreas, 23.414
hectáreas más que en 2010. Alemania y Suecia apostaron por segundo año
consecutivo por la siembra de la patata modificada genéticamente Amflora con 17 hectáreas.
A pesar de las aparentes trabas impuestas por la UE al cultivo de transgénicos, estos han seguido creciendo hasta ahora, y, sabiendo como funcionan las decisiones políticas en los regímenes capitalistas, la imposición de miembros en los gobiernos nacionales por parte de las multinacionales del sector, es una estrategia clave para romper cualquier rechazo social ante el envenenamiento progresivo que las grandes corporaciones alimentarias pretenden llevar a cabo para obtener beneficios.
Monsanto es el mayor productor de organismos modificados genéticamente a nivel mundial, y ya ha sido acusado en diversas ocasiones de manipulación y tráfico de influencia en Estados Unidos, India o diferentes países de América Latina, países donde sus cultivos patentados e invasivos hacen que los pequeños agricultores locales se empobrezcan, imposibilitados a cultivar otra cosa que no sea la semilla de Monsanto.
En Rumania las “megaproducciones” han descendido en los últimos años debido a las enormes trabas burocráticas de sus gobiernos y al rechazo popular, aunque sigue siendo uno de los países de Europa con mayor índice porcentual de los cultivos transgénicos en relación a su número total de cultivos. Pero los esfuerzos de sus ministros de agricultura siempre han sido significativos para que Monsanto, Bayer y el resto de farmacéuticas y grandes corporaciones alimentarias, que apuestan por los organismos modificados genéticamente para hacerse con el control del mercado mundial, consigan sus objetivos en Rumania.
Según los
sondeos de opinión, los consumidores rumanos no desean consumir organismos
modificados genéticamente, y en un estudio de Omnibus en 2010, el 74% de los
rumanos se declararon en contra de su cultivo, y el 81% pedían directamente su
prohibición. Pero la opinión de los ciudadanos siempre ha importado bastante
poco a los "representantes" políticos que, muy por encima de los de
sus votantes, tienen otros intereses mucho más lucrativos que defender.
Información relacionada. Eu pretende privatizar el agua.
ResponderEliminarhttp://focalizalaatencion.wordpress.com/2013/02/11/europa-quiere-privatizar-el-agua-reportaje-aleman_sub-eng/