Los alimentos transgénicos son motivo de debate por diversas
cuestiones, muchas de ellas tratadas en este blog. Pero si hay una cuestión que
preocupa a todos por igual es la posibilidad de que la modificación genética que
sufren estos alimentos incremente del riesgo de provocar problemas de salud,
especialmente alergias.
Tal como explica
Catalina Rodríguez desde el Observatorio de Seguridad Alimentaria de la UAB, la
producción de alérgenos en los alimentos transgénicos puede deberse a diversos
motivos, todos ellos en actual investigación: “La alergia a un OGM puede ser debida al material genético transferido,
a la formación inesperada de un alérgeno o a la falta de información sobre la
proteína que codifica el gen insertado” (puedes leer el artículo completo aquí).
A lo largo de los
últimos años se han venido realizando estudios diversos que ponen en entredicho
la seguridad de este tipo de alimentos. Aunque no hay una clara opinión al
respecto, las voces de alarma han surgido desde puntos tan diversos que merecen
la pena ser escuchadas, aunque tan solo sea de modo preventivo.
Estudios y organismos que advierten de su peligrosidad
Aunque son varias las entidades que
advierten de su riesgo, aquí vamos a nombrar concretamente a dos.
La primera fuente es el Doctor
Jospeh Mercola, profesional médico por la Universidad de Illinois que no duda
de las consecuencias inevitables que ocasionará el consumo de transgénicos,
aunque dichas consecuencias no serán palpables hasta dentro de algunos años. Él
responde precisamente a la pregunta que más de uno se hace, si tan malos son
los transgénicos y están tan extendidos, ¿por qué sus efectos no son más
evidentes?
Mercola responde que los efectos
de los transgénicos a día de hoy son solo evidentes en ratas de laboratorio, ya
que al tener un organismo y una vida media menor a la humana desarrollan los
síntomas con mucha rapidez. En los humanos aún tardaremos un tiempo (se habla
de décadas) en sufrir los efectos. Aunque esta pequeña ventaja temporal debería
suponer un alivio, lo cierto es que la falta de pruebas más físicas hace que la
preocupación sea menor, y que para cuando suframos realmente los transgénicos,
estos ya estarán tan integrados en nuestro organismo y en nuestra dieta que no
quedará mucho por hacer.
Mercola cita en su investigación el primer estudio (Food and
Chemical Toxicology September 19, 2012) que demuestra que los trangénicos son
un riesgo real para la salud. El estudio va más allá de las alergias para
demostrar que tumores, daño en los órganos o muerte prematura son las
consecuencias de tomar alimentos transgénicos en la dieta diaria. La labor del doctor Mercola es muy extensa y
laboriosa, para todo aquel que tenga interés (y estómago), puede continuar con
la lectura aquí.
La segunda organización que realiza una labor constante en la
defensa de los argumentos contrarios a los transgénicos es Greenpeace. Las
razones que llevan a esta ONG a posicionarse en contra de los alimentos
modificados genéticamente son muchas, algunas relacionadas con el medio
ambiente, y otras con la salud.
Empresas que defienden la seguridad de su
consumo
Una de las mayores defensoras de
la modificación genética en alimentos es precisamente la industria Monsanto.
Desde este blog consideramos que los alegatos de Monsanto obedecen a una estrategia
comercial y no a una responsabilidad moral y social con la población, por lo
que sus argumentos quedan ilegitimizados y no tendrán espacio aquí.
No obstante y dado que nos
consideramos objetivos en todo lo posible, queremos hacer llegaros la opinión
de otro gran peso pesado de la agricultura española. Se trata de la Fundación
Antama, que promueve las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, y quien
asegura que los alimentos transgénicos causan tantas alergias como los
convencionales. Aunque los alimentos transgénicos pudieran tener alguna
proteína distinta que pudiera ser alérgena, al tratarse de alimentos OGM son
sometidos a muchos más exámenes y pruebas antes de que sean aptos para ser
lanzados al mercado.
Lo cierto es que todavía no hay
una respuesta clara a si debemos o no preocuparnos por el consumo de este tipo
de alimentos. Los que advierten que son peligrosos no podrán demostrarlo hasta
dentro de lo que podrían ser años, y los que nos aseguran que son inofensivos
nos piden que confiemos en una serie de pruebas que en muchas ocasiones
realizan las propias industrias del sector.
Como hombre precavido vale por
dos, os dejo pinchando aquí
una guía muy interesante y muy sencilla de Greenpeace sobre alimentos españoles
que llevan o no transgénicos. Por lo menos para que el que consuma transgénicos
sea consciente de que lo hace.