domingo, 14 de abril de 2013

Transgénicos: qué son y qué tipos existen


Somos lo que comemos y en la actualidad los productos transgénicos forman parte de nuestra dieta. Soja, maíz y patatas son algunos de los organismos modificados genéticamente ‒también conocidos como OMG‒ que podemos encontrar en el mercado desde hace años. Los transgénicos son, según el Consejo Interministerial de Organismos Modificados Genéticamente, “aquellos cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no se produce de forma natural en el apareamiento o en la recombinación natural”. Su origen artificial, desde los primeros transgénicos como la insulina y la timosina (proteína para fabricar el queso), ha sido motivo de discusiones acerca de su salubridad durante tres décadas.

Hay dos tipos de modificación genética en los transgénicos: una modificación que hace que los productos sean resistentes a determinadas composiciones químicas y otra modificación que hace que los productos segreguen unas sustancias. El maíz NK603 es un ejemplo de producto transgénico ya que es resistente a una composición química concreta: el Roundup. El Roundup, compuesto por glifosato, es un herbicida que extermina todas las malas hierbas y los insectos que están en el campo, de manera que solo sobrevive la planta de maíz transgénico. “Este tipo de transgénicos hacen necesario el uso de una mayor cantidad de productos químicos”, comenta Natividad Miguel, profesora del departamento de Ingeniería Química y Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Zaragoza. “Esto tiene repercusión a largo plazo en la alimentación ya sea por la presencia de tóxico o la probabilidad de originar alergias”, explica Miguel. Las semillas de maíz transgénico y el herbicida al que resisten son creados y comercializados por la misma empresa. Los dos vegetales transgénicos que la Unión Europea permite cultivar corresponden al segundo grupo de transgénicos: los que segregan una sustancia específica. Por un lado, la patata “amflora” que sirve para fabricar almidón con características más útiles que las patatas naturales para el sector industrial; se cultiva en Alemania y Suecia y, por otro lado, el maíz MON810. En España, solo se cultiva el segundo.

Imágen que resume la creación de un transgénico del segundo tipo.


La modificación genética del maíz MON810 es la incorporación de un gen que permite a la planta ser resistente a las plagas del taladro del maíz. “Los taladros de maíz Ostrinia nubilalis y Sesamia nonagrioides son considerados como una de las plagas de mayor repercusión económica para la producción del maíz en España”, según el informe Evolución de la superficie estimada de siembra de maíz modificado genéticamente en España, publicado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El gen que se inserta en el material genético del maíz pertenece a la bacteria Bacillus thuringiensis de ahí el nombre del maíz transgénico: maíz Bt. Gracias a la información del gen de la bacteria, el maíz fabrica una proteína que mata a los insectos pertenecientes a la plaga del taladro que muerden la planta, lo que reduce los riesgos de pérdidas asociados a la plaga del taladro. Esta proteina solo afecta a esta variedad de insectos, siendo inofensiva para el resto de especies. 

El objetivo más importante del uso de transgénicos, según el cuaderno de seguridad del maíz MON810 de Monsanto, la principal empresa multinacional distribuidora de semillas de maíz transgénico en España, es “una disminución de los requerimientos de maquinaria o trabajos adicionales, necesarios para la protección del cultivo, lo que permite a los agricultores pequeños y grandes, un mejor aprovechamiento del tiempo y de los recursos”. 

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